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Por:Yuriko Garcia Ortiz
Tradicionalmente, Virú-Gallinazo es conocida como una cultura arqueológica cuya ubicación cronológica corresponde a inicios del periodo Intermedio Temprano (200 a. n. e. - 600 d. n. e.) en la costa norte del Perú. Su definición tuvo lugar alrededor de 1933, cuando Rafael Larco adoptó el nombre Virú, valle contiguo a Moche, como epónimo de una “cultura” que se caracterizaba por utilizar vasijas decoradas con pintura negativa (técnica decorativa lograda por el ahumado diferenciado de los recipientes), halladas inicialmente en Pampa de Cocos (valle de Moche) y en el Castillo de Tomaval (valle de Virú) (Bennett, 1950: 17). Para Larco, las características tecnológicas de la decoración mostrarían afinidades con la alfarería del Callejón de Huaylas (Larco, 1945: 1-3).
Las investigaciones de Wendell Bennett en el valle bajo de Virú desarrolladas inicialmente en 1936 y luego continuadas en 1946 (Bennett, 1950), nombraron ese mismo estilo de decoración negativa como Gallinazo. Dicha denominación provenía del nombre local del yacimiento V-59, considerado como el “sitio tipo” donde se reportó ampliamente el estilo cerámico. Asimismo, Gallinazo resultaba un nombre distintivo que evitaba confusiones para las asignaciones culturales del valle de Virú (Bennett, 1950: 15-19).
Si bien otros investigadores discuten el uso de cada término y se inclinan por alguno de ellos (Cf. Donnan, 1973), en el complejo arqueológico El Brujo reconocemos ambas denominaciones (Virú-Gallinazo) para referirnos por el momento a unos conjuntos cerámicos cuya producción y uso ocurrió en los primeros siglos de nuestra era. Dichos recipientes tuvieron sus inicios en una época anterior a la emergencia de los edificios monumentales y el estilo Mochica, asociándoseles a extensos asentamientos de recintos aglutinados ubicados en la parte baja y media de los valles norteños.
El proyecto Virú fue ejecutado en 1946. Sus resultados fueron compartidos en la mesa redonda de Chiclín de aquel año (Ramón, 2005: 11). Basándose en los trabajos previos de Bennett en 1936 (Bennett, 1939), el proyecto Virú tenía como objetivo elaborar una síntesis cultural, a partir de la compilación y análisis de los datos (organizados en tipologías cerámicas) obtenidos en prospecciones y múltiples excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en determinados sitios del valle (Bennett, 1950: 6).
Se denominó como "grupo Gallinazo" al conjunto de 30 sitios con filiación estilística Gallinazo, el cual está ubicado cerca de la desembocadura del rio Virú con el océano Pacífico (Bennett, 1950: 19).

Figura 1. Mapa de los sitios del Proyecto del valle de Virú: la numeración indica cada sitio con ocupación Gallinazo y en el rectángulo, los sitios del “grupo Gallinazo” (Bennett, 1950: 15).
Dado en el énfasis de investigaciones, actualmente se considera que el territorio nuclear de una “cultura Virú-Gallinazo” fue el valle de Virú, ubicado a 50km al sur de la ciudad de Trujillo. El aprovechamiento de los valles y los canales de irrigación para alimentar los campos de cultivo fue el impulso para la distribución y edificación de sitios cerca al río.
En una perspectiva eminentemente estilística, Rafael Larco define dos periodos para los Gallinazo, una época de auge, donde la cerámica Virú- Gallinazo estaría coexistiendo con las fases iniciales del estilo Mochica; y, una época decadencia que supervive hasta la dominación Tiahuanaco (Larco 1945: 1).
Los estudios actuales muestran que la distribución espacial y temporal de los estilos Virú-Gallinazo en la costa norte del Perú resultó ser más amplia que lo originalmente planteado. Las investigaciones han registrado la presencia de evidencias arqueológicas atribuibles a Virú-Gallinazo al norte de la región de La Libertad en los valles de La Leche, Lambayeque, Zaña y Jequetepeque (Shimada, 1994: cuadro 1.2) mientras que por el sur se discuten los vestigios hallados en los valles de Santa, Nepeña y Casma (Shimada, 1994).

Figura 2. Mapa de la distribución de evidencias arqueológicas Virú-Gallinazo. Elaborado en base a Shimada (1994).
Con el objetivo de entender la secuencia ocupacional del valle de Virú, en la década de 1940 se propuso una cronología relativa basada en los cambios de los tipos cerámicos en estratigrafía (Espinosa et al., 2019: 87). En estos estudios, la cerámica afín a Virú-Gallinazo fue clasificada en cinco tipos (Ford, 1949: 63-65): (a) Castillo Decorado con sus variantes Castillo Modelado y Castillo Inciso; (b) Gallinazo Negativo; (c) Carmelo Negativo y (d) Gallinazo Broad-Line-Incised (Espinosa et al., 2019: 88). Dicha clasificación sigue siendo empleada para el estudio arqueológico de las producciones alfareras y las definiciones cronológicas.

Figura 3. Tipos cerámicos Virú-Gallinazo. Las muestras Castillo Decorado son del CAEB.
Por otro lado, el patrón arquitectónico Gallinazo en el valle de Virú estuvo asociado a la superposición arquitectónica, el tipo de material constructivo y la cerámica. De esta manera, Bennett (1950) subdivide a la ocupación Gallinazo en tres fases: Gallinazo 1 cuenta con construcciones en tapia, con paredes decoradas con motivos geométricos (Ibid. 65-67); Gallinazo 2, se caracteriza por el patrón de construcción de habitaciones en forma de panal a cuartos rectangulares y cuadrangulares, con adobes hemisféricos, redondeados y planos (Ibid., 67); Gallinazo 3, recibe una influencias de sociedades foráneas al valle de Virú (Mochica y Recuay), por eso se registran adobes con marcas de gabera de caña y construcciones monumentales (Ibid., 68-69).
El ingreso de objetos Mochica marca un cambio sustancial en la producción de Virú-Gallinazo. La consolidación del poder de los Mochica en la costa norte está caracterizada por el uso masivo del adobe para la construcción de edificios monumentales, lo cual revitalizó la formación de centros cívico-ceremoniales (Shimada, 1994: 35; Alva, 2024).

Figura 4. Castillo de Tomabal. Fotografía: Proyecto Arqueológico del valle de Virú.
En el complejo arqueológico El Brujo, las vasijas reportadas en los distintos sectores se encuentran mayormente en tumbas y en contextos de carácter público-ceremonial (Alva, 2024: 54). Por ese motivo, presentan una decoración más fina destinada al consumo de las élites y a la parafernalia ritual.
Al pie de la Huaca Prieta, Junius Bird excavó una tinaja y depósitos de barro asociados a productos agrícolas secos y a material cerámico Virú-Gallinazo (Bird et al. 1985: 26-27). Las recientes dataciones de estos contextos indican una antigüedad de entre 100 a. n. e. al 380 d. n. e. (Millaire et al. 2016: E6019), tiempos anteriores a las etapas de construcción inicial de la Huaca Cao Viejo.
En la Huaca Cao Viejo, el conjunto de contextos funerarios de entierros de élite del recinto noroeste registra entre las ofrendas en la tumba de la señora de Cao, así como también en la tumba 01 del Sacerdote principal, vasijas estilo Virú-Gallinazo acompañando los contextos Mochica.
De manera similar, en los contextos intrusivos de la plataforma superior de Cao Viejo hallamos uno de los más complejos entierros arqueológicos, pues cuenta con al menos dos eventos funerarios en su interior (Franco et al., 1998). Las tumbas 01 A y B, se encuentran definidas por una cámara de adobes acondicionada entre los BAT que sirvieron de cimientos del tercer edificio. En este espacio, en la cámara de la tumba 01 B se hallaron 35 vasijas de cerámica entre las cuales la presencia de 2 cucharas cuyos cuerpos presentan apéndices modelados en forma de aves con filiación cultural Virú-Gallinazo (Alva, 2024: 132-141).

Figura 5. Recreación de la tumba 01B, vista de sur a norte. Dibujo: Segundo Lozada (Alva, 2024: 151) y cucharas Virú-Gallinazo (Alva, 2024: 308-11).
Accede al catálogo El Brujo y disfruta del repositorio de piezas expuestas en el Museo Cao. Además, con nuestro catálogo de colección La cerámica de El Brujo. Épocas Cupisnique y Mochica, podrás conocer más sobre las sociedades prehispánicas que habitaron en el valle de Chicama.
Alva, J. (2024). La cerámica de El Brujo. Épocas Cupisnique y Mochica. Catálogo de Colección. Fondo de Cultura Económica.
Bennett, W. (1939). Archaeology of the North Coast of Peru. An Account of Exploration and Excavation in Viru and Lambayeque Valleys (Anthropological Papers of the American Museum of Natural History, Volume XXXVII, Part I). The American Museum of Natural History.
Bennett, W. (1950). The Gallinazo Group. Viru Valley, Peru. Yale University Press.
Bird, J., Hyslop, J. y Dimitrijevic, M. (1985). The preceramic excavations at the Huaca Prieta, Chicama Valley, Peru. Vol. 62, part 1. New York: American Museum of Natural History.
Donnan, C. B. (1973). Moche occupation of the Santa Valley, Perú. University of California of publications in the Anthropology. University of California Press, Berkeley
Espinosa, A. (2023). Filiaciones culturales y contactos entre las poblaciones Virú-Gallinazo y Mochica (200 AC – 600 DC, costa norte del Perú). Archaeopress Publishing Ltd.
Espinosa, A., Prieto, G., & Alva, W. (2019). Tradiciones técnicas y producción cerámica virú-gallinazo y mochica: Nuevas miradas sobre las relaciones entre dos grupos sociales del Período Intermedio Temprano en la Costa Norte del Perú. Boletín de Arqueología PUCP, 0(26).
Franco, R., Gálvez, C., & Vásquez, S. (1998). Programa Arqueológico Complejo «El Brujo». Informe Final Temporada 1998 (p. 139). Fundación Wiese, Instituto Nacional de Cultura - La Libertad, Universidad Nacional de Trujillo.
Larco, R. (1945). La cultura Virú. Sociedad Geografica Americana.
Ramón Joffré, G. (2005). Periodificación en arqueología peruana:genealogía y aporía. Bulletin de l'Institut français d'études andines, 34(1), 5-33.
Shimada, I., & Maguiña, A. (1994). Nueva visión sobre la cultura Gallinazo y su relación con la cultura Moche. En S. Uceda & E. Mujica (Eds.), Moche: Propuestas y Perspectivas (pp. 31-58). Universidad Nacional de La Libertad -Trujillo.