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Por: Complejo arqueológico El Brujo
El hallazgo de la tumba de la Señora de Cao (2005) en la Huaca Cao Viejo, ubicada en el complejo arqueológico El Brujo (La Libertad), permitió documentar científicamente a una mujer de elite mochica en excelente estado de conservación. Entre los objetos que acompañaban el entierro, un par de orejeras mochica sobresale por su complejidad estética y técnica. ¿Qué revelan estos ornamentos sobre la cultura que los creó?
Más allá de su belleza, estas orejeras nos permiten observar de cerca la habilidad de los orfebres mochica en cada detalle de los objetos funerarios. A continuación, exploramos el valor de estas piezas, centrándonos en su manufactura, su iconografía y su relación con el entorno en el que fueron halladas.
Las orejeras mochica encontradas junto al cuerpo de la Señora de Cao son de forma discoidal y presentan una elaboración bimetálica: combinan oro y plata. En el anverso, su superficie presenta una decoración en bajo relieve, con una doble línea en forma de X, que divide el disco en cuatro campos.
En dos de estos segmentos aparece la cabeza estilizada de un pez raya; en los otros dos, se representa una cabeza de ave con cuerpo que culmina en una figura de ola-escalera. El reverso de ambas piezas, se encuentra un vástago tubular delgado que permitía su inserción en el lóbulo de la oreja.
Los motivos representados en las orejeras moche no fueron elegidos al azar. El pez raya y el diseño de ola-escalera están relacionados a elementos naturales que se destacaron dentro del discurso ideológico de su tiempo. De forma paralela, en los murales del recinto ceremonial donde fue enterrada la Señora de Cao (tumba 3) también se observan estos signos, lo que sugiere una reiteración de las representaciones entre los objetos personales y el espacio arquitectónico de carácter exclusivo.
Este tipo de diseño compartido permite notar cómo el arte mochica trabajaba con repertorios visuales repetitivos, profundamente cargados de sentido, cuya iconografía trascendía lo decorativo. La imagen del pez, por ejemplo, aparece en múltiples objetos (asumidos como ceremoniales) y murales del mismo sitio arqueológico.
El hallazgo de las orejeras moche se enmarca dentro de un conjunto mayor de objetos funerarios que incluye 16 collares, 42 narigueras y otros ornamentos sofisticados, muchos de ellos hechos con metales preciosos y piedras semipreciosas. Estos elementos fueron colocados cuidadosamente en el cuerpo de la Señora de Cao, cumpliendo con el patrón de entierro de la élite mochica.
La colocación y abundancia de estos adornos refuerzan la importancia ritual y social del personaje enterrado. Las orejeras, en particular, formaban parte del ajuar visible del rostro y estaban rodeadas por otros elementos como tatuajes geométricos y zoomorfos, restos de cinabrio y un plato metálico que cubría su cara.
La combinación de oro y plata en las orejeras mochica no es un simple contraste estético; representa la coexistencia de fuerzas complementarias. La simetría en los motivos, la disposición en cruz, y el uso de animales estilizados son parte de un sistema visual que tenía sentido dentro de un esmerado sistema ideológico que permitió mantener la organización social de su tiempo.