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  • Huacas del Sol y la Luna: dónde quedan y por qué incluir a El Brujo para completar tu ruta
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Por:Complejo arqueológico El Brujo

En el valle de Moche, a solo 8 kilómetros de Trujillo, se levantan dos de los templos más emblemáticos del norte peruano: las Huacas del Sol y la Luna. Estas monumentales estructuras, construidas por la cultura mochica hace más de 1500 años, siguen asombrando por su tamaño, su complejidad arquitectónica y los misterios que aún guardan entre sus muros de adobe. Pero más allá de su grandeza, visitar este sitio es abrir una ventana al pasado prehispánico del Perú y una excelente oportunidad para continuar el recorrido hacia otro destino igual de fascinante: el complejo arqueológico El Brujo, en Magdalena de Cao

Un viaje al origen mochica 

Las Huacas del Sol y la Luna fueron los principales centros políticos, religiosos y administrativos de la sociedad mochica. La primera, la Huaca del Sol, destaca por su imponente tamaño: se estima que en su construcción se utilizaron más de 143 millones de adobes, cada uno marcado con sellos que identificaban a los clanes o familias que participaron en su edificación.  

La segunda, la Huaca de la Luna, ubicada frente a la anterior, fue el epicentro ceremonial donde se realizaban rituales religiosos y sacrificios humanos, evidenciados en los restos hallados en excavaciones recientes. 

En sus muros aún se conservan murales polícromos que representan al dios Ai Apaec, la principal deidad mochica, conocido como el “Degollador”. Estas imágenes permiten comprender la compleja cosmovisión de este pueblo, donde la vida, la fertilidad y la guerra estaban profundamente conectadas con las fuerzas de la naturaleza. 

ruta moche

¿Qué ver en las Huacas del Sol y la Luna?

El recorrido por el complejo arqueológico incluye la visita al Museo de Sitio Huacas de Moche, un espacio moderno que exhibe cerámicas, ornamentos, herramientas y recreaciones de los templos. Allí se explica cómo los mochicas organizaron su territorio en torno a estos santuarios y cómo los agricultores vivían en aldeas cercanas a las zonas de cultivo. 

Los visitantes pueden recorrer las rampas, plazas ceremoniales y murales originales que han resistido siglos de erosión. A diferencia de otros sitios arqueológicos, aquí el trabajo de conservación permite ver los colores originales de los relieves, una experiencia que da vida al pasado. 

Además, el entorno natural del valle de Moche ofrece una vista impresionante del Cerro Blanco, considerado una montaña sagrada por los antiguos mochicas. La combinación de paisaje y legado arqueológico convierte a las Huacas del Sol y la Luna en una parada imperdible para cualquier viajero que recorra la costa norte del Perú. 

Huaca del Sol

El Brujo: una joya arqueológica a solo una hora de Trujillo 

Si las Huacas del Sol y la Luna revelan el poder político y ceremonial mochica, el complejo arqueológico El Brujo, ubicado a 60 kilómetros al norte de Trujillo, complementa esa historia con un enfoque distinto. 

En Huaca Cao Viejo, una de las tres estructuras que conforman El Brujo, fue hallada la tumba de la Señora de Cao, una figura mochica momificada junto a su ajuar ceremonial. Este descubrimiento cambió la visión tradicional sobre su rol en una civilización prehispánica. 

El complejo incluye el Museo de Sitio El Brujo, donde se puede apreciar el cuerpo momificado de la Señora de Cao, además de tejidos, cerámicas y objetos de oro y cobre finamente trabajados. A pocos metros, las huacas Cortada y Prieta completan el recorrido con estructuras que revelan etapas más antiguas de ocupación, algunas con más de 4.000 años de antigüedad. 

Una ruta que conecta historia, paisaje y cultura 

Visitar las Huacas del Sol y la Luna y continuar hacia El Brujo no solo permite recorrer los vestigios de la cultura mochica, sino también disfrutar de los paisajes costeros de La Libertad, donde el desierto, el mar y los valles forman un entorno de contrastes. 

El trayecto entre ambos destinos ofrece además la oportunidad de conocer pueblos tradicionales como Magdalena de Cao, famoso por su hospitalidad, su chicha de año y su gastronomía local. Desde allí, también se puede explorar la Playa La Bocana o disfrutar del atardecer frente al mar, una experiencia que combina perfectamente naturaleza y cultura. 

Un viaje al pasado que sigue vivo 

Las Huacas del Sol y la Luna son la puerta de entrada a la historia mochica, pero incluir El Brujo en tu recorrido te permite completar esa visión y descubrir nuevas perspectivas sobre el pasado del Perú. Cada muro, cada mural y cada hallazgo arqueológico en estos lugares guarda una historia que sigue viva, esperando ser contada. 

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