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El viernes 12 de agosto se llevó a cabo la tercera fecha y cierre de la octava edición del Coloquio Internacional de Arqueología. Como parte del programa, se tocaron temas relacionados con la evaluación de cronologías locales y se brindaron algunos Casos de estudio, además , en la parte final del conversatorio, se abordaron los resultados y las nuevas perspectivas de los estudios presentados.
En esta última fecha participaron destacados científicos, investigadores y académicos como Amadeo Sghinolfi, investigador Postdoctoral en la Université du Québec; Augusto Bazán, director de investigaciones de la Fundación Wiese y Gabriel Prieto, profesor de Antropología en la Universidad de Florida.
En el segundo bloque nos acompañaron Rafael Vega Centeno, Doctor en Arqueología por la Universidad de Arizona y Daniel Contreras, doctor en Ciencias Antropológicas en la Universidad de Stanford.
Rubén Buitrón, jefe de laboratorio de Fundación Wiese, abrió la charla destacando todos los esfuerzos que se han realizado en los estudios cronológicos aplicados en las cuencas de los ríos Virú, Chicama y Moche.
El investigador Sghinolfi aclaró que el término salinar fue usado por primera vez por Rafael Larco Hoyle en los años 40. También destacó la importancia de la fase salinar, mencionando que fue un periodo de transición situado entre el colapso de la cultura Chavín (500 a.C.) y el desarrollo de otras culturas en la Costa Norte del Perú durante el periodo Intermedio Temprano (200 a.C – 600 d.C.).
Según los resultados que obtuvo en sus investigaciones, se plantea que ese periodo estuvo marcado por profundos cambios a nivel social, económico, político y religioso. A su vez, destaca el colapso del culto Chavín, la reducción de las áreas ceremoniales, el cambio de los patrones funerarios, pero sobre todo, la fragmentación política de la época.
Resalta que, de todos estos sucesos, en los valles Moche y Virú surgieron los primeros asentamientos semiurbanos: “las investigaciones sugieren que antes y durante el periodo salinar hay una cantidad considerable de habitantes que vivían en el Valle del Río Huacapongo. Esa población podría haber construido las primeras obras de irrigación en la zona y haber causado una superpoblación e incentivado el movimiento de personas”, concluyó su ponencia.
El director de investigaciones de la Fundación Wiese resaltó la importancia del estudio que está enfocado en comprender la dinámica constructiva y la temporalidad de la Huaca Cao Viejo, ubicada dentro del Complejo Arqueológico El Brujo. También aseguró que en el Valle de Chicama se han encontrado pruebas de ocupaciones de todos los periodos registrados en los Andes Centrales. Desde el periodo Lítico hasta nuestros días.
Reconoce que la investigación permite afinar la cronología de la huaca y estudiarla de una manera más exacta. Además, la vigencia de los centros mochicas como El Brujo ayudan a entender el paisaje político y social de la ocupación en la cuenca, el orden de crecimiento y desaparición de los asentamientos y su rol dentro de la época.
Bajo su perspectiva, es primordial repensar y afinar las cronologías: “El afinamiento cronológico sería difícil sin una secuencia relativa de contextos debidamente entendidos, ordenados, clasificados y reportados. Una cronología válida y afinada es el resultado de la combinación de la cronología relativa y absoluta”.
El doctor y también docente empezó su ponencia aclarando que para el caso de la costa norte se ha usado la mega secuencia maestra propuesta por John H. Rowe. Esta sintetiza de una manera completa un proceso histórico que no tiene registros escritos y que, además, permite organizar y comparar diferentes momentos históricos y cronológicos en un territorio amplio.
Para él, los resultados obtenidos en las investigaciones arqueológicas sobre el periodo Intermedio Tardío en el Valle Moche muestran que entre el año 1200 d.C., Chimú parece consolidar su poder y hegemonía sobre las elites en Chicama, Jequetepeque y posiblemente en la región de Lambayeque. Sin embargo, resalta que estas conclusiones deben ser contrastadas con nuevas investigaciones en la región.
“Nuestras recientes excavaciones en un barrio popular de Chan Chan indican una secuencia ocupacional de doce pisos, lo que podría sugerir que la ocupación superficial de Chan Chan es solo el resultado de un largo proceso social y político que debe seguir siendo analizado”, cerró su ponencia Gabriel Prieto.
Rubén Buitrón, jefe de laboratorio de Fundación Wiese, concluyó el primer bloque resaltando las investigaciones de cada uno de los ponentes. Destacó que estos estudios buscan entender los conflictos existentes en estos periodos, que en algunos casos fueron bastante breves.
Por otro lado, mencionó la relevancia que tiene el estudio de Augusto Bazán en establecer la cronología en la Huaca Cao Viejo y en el Complejo Arqueológico El Brujo a través del análisis de las edificaciones que se encuentran en ese lugar, que contrario a lo que creía en el pasado fueron construidos en cortos periodos de tiempo.
“He ahí donde las cronologías absolutas marcan la pauta. Por ello, también es muy importante no solamente contar con los fechados, sino con objetivos claros y un sistema de registro arqueológico bastante detallado”.
Finalizó diciendo que los resultados del Doctor Prieto son bastante reveladores, puesto que señalan que los edificios que entendemos como fenómenos culturales en realidad son el resultado de un extenso proceso de cambios sociales.
Augusto Bazán moderó el último bloque que cierra el VIII Coloquio. El director de investigaciones de la Fundación Wiese comentó que la cronología en la costa norte es posible debido a la aplicación de las cronologías relativa y absoluta. También asegura que es importante delimitar cuáles son los objetivos para aplicar la metodología adecuada.
“Es una satisfacción ver nuevas generaciones de investigadores y colegas revisitando sitios que ya tienen un lugar en la historia de la arqueología, replanteando lo que ya se conoce. Hay un aura bastante refrescante en todas las investigaciones que se están mostrando”, inició su ponencia con este comentario.
A su vez, pone en perspectiva que es importante seguir tomando en cuenta la cronología relativa por más que durante todas las ponencias se haya abordado el tema del carbono 14 y la cronología absoluta. Remarca que todavía hay que analizar y comprender mejor qué es esto.
Según Vega Centeno, la cronología es la construcción del tiempo histórico y elaborarlo es uno de los aspectos fundamentales de la arqueología. Desde el siglo XX, la variabilidad de la cultura material, el contexto y el carbono 14 son pilares para esta tarea. Sin embargo, dejó como comentario que en la arqueología peruana hubo énfasis en el primer pilar enfocado en la alfarería.
Sin embargo, para el también catedrático, el coloquio representa un esfuerzo importante a nivel de estudios críticos que buscan incluir el contexto y el carbono 14 en el proceso de establecer mejor las cronologías.
El doctor en Ciencias Antropológicas asegura que todas las ponencias dejaron interesantes preguntas sobre las cronologías y los estudios que giran alrededor de ellas. A su vez, concuerda con el Doctor Vega Centeno en que todas estas preguntas abren puertas para seguir investigando: “Hemos sembrado semillas que con el tiempo van a crecer. Para mí las conversaciones que surgen a partir de un evento como el coloquio son lo más interesante”.
Por otra parte, desde su punto de vista, plantear una periodización de la historia es en cierta forma, establecer una estructura. Además, es más acertado plantear la utilidad de un marco de estudios en lugar de su certeza. Por ello, dejó sobre la mesa la pregunta sobre cómo evaluar la utilidad de cualquier marco de estudio.
Finalmente, mencionó que toda evaluación depende de las preguntas que haya y por eso, desde su perspectiva lo mejor del evento fue que hay una muestra de interrogantes que están vigentes. En su conclusión recopiló varias de estas preguntas que se dieron durante las tres fechas.
Ingrid Claudet, gerente general de Fundación Wiese, agradeció a los moderadores, investigadores e invitados que fueron parte del coloquio.
Acompañada al lado del Consejo Consultivo del Complejo Arqueológico El Brujo, a cargo del doctor en Antropología y Arqueología, Peter Kaulicke y la doctora en Antropología, Etnohistoria y Prehistoria, Luisa Díaz, mencionó los esfuerzos que se realizaron para seguir apostando por más investigaciones.
Finalmente, resaltó la gran participación del público y con ello, invitó a todos a ser parte de futuras ediciones del coloquio y a seguirnos en nuestras redes sociales.