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El viringo es el nombre con el cual se conoce al perro peruano sin pelo. Su primera aparición iconográfica ocurre en Cupisnique, en el periodo Formativo Medio y Tardío. También es considerado Patrimonio Nacional según Resolución Ministerial N° 346 .
¿Por qué esta raza de perro fue tan reconocida en la cultura moche? ¿respondió acaso a su presencia en entierros de figuras de la élite de esta civilización? ¿Por sus representaciones en los famosos huacos? ¿O hay más razones para reconocer la importancia del viringo entre los Mochicas?
Aunque actualmente se le conoce como perro sin pelo peruano, uno de los nombres más antiguos que le vienen, y que se encuentra registrado en los textos de la Época Colonial, es el de “veringo” o “viringo”. Esta palabra, según se piensa, sería de origen mochica o tallán y quiere decir: “desnudo”.
En estas culturas, el perro viringo fue representado en cerámicas. En dichas expresiones artísticas, muchas hechas por la cultura Mochica, se lo puede observar acompañando al hombre con fidelidad y como parte de su núcleo familiar, incluso en actividades cotidianas. Se puede reconocer los cerámicos de perros sin pelo por las líneas que presenta y que asemejan los pliegues de la piel del animal.
La cultura Mochica es uno de los pueblos precolombinos que más representaciones posee del perro sin pelo peruano. Evidencia de su domesticación se observa tanto en la iconografía hallada en murales y cerámicas, como en las tumbas de personajes de la élite.
El perro sin pelo era la mascota de los guerreros, gobernantes y sacerdotes de las culturas precolombinas en el Perú. Como tal, gozaba de muchos privilegios. Incluso se cree que participaba de rituales sagrados, aunque las muestras escultóricas halladas en la tumba del Viejo Señor de Sipán son el único vestigio de este papel.
En la cultura Moche se reconocen a dos razas de perros. El otro, que se caracteriza por tener pelaje corto y manchado, está asociado a actividades de cacería, cosa que no sucedía con el perro viringo debido a su ausencia de premolares (Vázques et al. 2009:27).